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Trabajos de restauración, vistos en detalle. |
Los últimos meses he estado trabajando, entre otros, en un cuadro atribuído a El Greco: A lo largo de su trayectoria, El Greco y su taller abordaron éste tema iconográfico con abundacia, trabajando en cuatro versiones que evolucionaron unas a partir de otras. Ésta que nos ocupa es la tercera variante, ejecutada en torno a 1585-90. De ésta versión existen tres ejemplares supervivientes, de los muchos que probablemente se ejecutaron. Y tal vez un cuarto, el objeto de ésta restauración: Durante el proceso de restauración surgieron evidencias de que nuestro cuadro empezó como una versión del de Sitges, como se verá más adelante. El estado de conservación contemplaba numerosos desgarros en la tela, al menos dos intervenciones anteriores, con dos generaciones de parches distintas, y una capa de bol en el reverso. También se presentaban evidencias de una operación de redimensionamento, estrechando sus medidas. La capa de bol, una solución habitual en cierta época, ocultaba bajo ella unos antiguos parches a base de estopa y engrudo. Dicha capa, aplicada para prevenir alteraciones por la humedad, podría haber cumplido su misión, ya que el lienzo, aparte de lo anteriormente expuesto, se encontraba en muy buenas condiciones. También es posible que ésto se haya debido a una buena manipulación y almacenaje a lo largo de los siglos, dado que nos consta que ha permanecido bajo una única y misma tutela durante cuatrocientos años. Los parches, que se marcaban en el anverso y habían perdido su adhesividad, fueron retirados (click para ampliar): Una vez reparados los desgarros y orificios con hilos e injertos, se procedió a la eliminación de repintes más superficiales (fruto de intervenciones recientes y que ocultaban amplias zonas de pintura original), y a la limpieza química (click para ampliar): A simple vista es perceptible una estructura subyacente a la capa más externa de pintura en la zona de la túnica y manto. Análisis químicos y estratigráficos lo confirman. En todo el cuadro hay dos capas bien diferenciadas, pero prácticamente contemporáneas. La más antigua contiene pigmento de minio en esa zona de telas, en la que luego se aplicaron claroscuros. Unas catas aprovechando pérdidas de capa pictórica la dejaron al descubierto: Todo parece indicar que el cuadro comenzó como copia o versión de que se encuentra en el Museo Cau Ferrat. Algunas coincidencias más entre ambos (click para ampliar): Unos cambios tan importantes en el cuadro poco tiempo después de su ejecución pueden deberse a muchas causas: una corrección, un cambio a petición del cliente, un arrepentimiento, etc. Dada su tremenda antigüedad se descartó desde un principio eliminar esas amplias correcciones aun sabiendo que el original existe bajo ellas.
Tras la limpieza, reintegración cromática y protección final, el proceso se dió por concluido: |