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Trabajos de restauración, vistos en detalle. |
El cristal es un soporte menos habitual que el lienzo o la tabla, y su fragilidad ha impedido que hayan llegado más obras de éste tipo hasta nuestros días. Recibimos en el taller esta pequeña obra realizada con ésta particular técnica, con objeto de reintegras las escasas faltas de pintura y facilitar un montaje que la dotara de mayor seguridad y protección Los elementos tradicionales de soporte, preparación, capa pictórica y capa protectora no son los habituales de una obra digamos de caballete, si es que se puede encuadrar en ésta categoría. Sólo existe capa pictórica, y la capa protectora y el soporte son una misma: el cristal. La pintura está ejecuta por detrás y es el cristal lo que la protege como si fuera un barniz, pero en realidad se halla expuesta en su reverso, sujeta a abrasiones y raspados. De ésta forma, el proceso de reintegración cromática ha de efectuarse en el reverso, comprobando contínuamente el resultado dado en su parte frontal. Finalmente, se montó en un marco con un cartón neutro de alto gramaje protegiendo el dorso para evitar futuras alteraciones. El mero acto de colocar una trasera evita la excesiva transparencia y hace que los colores brillen con su auténtica saturación.
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